El cuerpo está cubierto por un pelaje gris-amarillento, negro, pardo o castaño, que es más claro en las partes inferiores y los ojos están bordeados por un anillo blanco que les confiere un aspecto característico.
Su adaptación al medio arbóreo es perfecta, sus enormes brazos y piernas les aseguran llegar siempre hasta la rama más alejada y su cola prensil se convierte en una verdadera quinta mano que les permite trasladarse entre las copas de los arboles con gran precisión y rapidez.
Su alimentación se compone sobre todo de frutos que encuentran después de largos paseos por el bosque. Aunque en menor proporción también se alimentan de tallos y hojas y a veces expolian un nido en busca de sus huevos.
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